Desde el primer segundo al último, me ha venido a la mente esos 35ºC con las ventanillas abajo de la "nave", rueda en cuneta, velocidades poco prudentes, la vía, pues de esas que se quieren lidiar si te gusta el olor a gasolina. Vibran los retrovisores, no, no por la conducción, sino por el volumen de la canción. Apenas dura 2 minutos el helado en la mano, bien por la ingestión tan veloz como el coche, por las sucesivas curvas, o por que se deshace al instante.
Bueno, su escucha me ha llevado al verano, que este año, parece ausente.
Vía: Nathan Fake.
:) Liiiiiiiiiiike this.
ResponderEliminarBuena entrada, yenazo, no sólo por la canción.